LA GENTE ESTA ENOJADA Y PUEDE HABER REBELION
Es difícil ser priista, dice Ivonne Ortega: “El horno no está para bollos”, coloquialmente lo expresa la ex secretaria general del partido. La gente está enojada con Peña Nieto, se entiende. La gente sabe que la corrupción en el gobierno está peor que nunca, la inseguridad está de nuevo al alza y no de ahora, y que decir de la economía: “no alcanza ni para las tortillas”.
A lo largo de la historia nada le ha hecho más daño al PRI como las crisis económicas. En los 80’s con López Portillo y Miguel de la Madrid, se da el rompimiento y surgimiento de Cárdenas como opositor. La terrible crisis del año 95 tuvo como consecuencia que el partido tricolor perdiera por primera vez en su historia la mayoría en la cámara de diputados y tres años después, en plena recuperación económica, creciendo al 5% anual, el electorado cobró la factura y lo sacó de la presidencia de la Republica.
La gente está enojada, Peña y Videgaray se pusieron a jugar con las finanzas públicas y endeudaron de sobremanera al país; los priistas perciben el enojo y ya hay voces que manifiestan preocupación. Pero la política es la política y, en este sentido se asegura que dentro del PRI, no son solo voces sino que ya se dejan sentir inconformidades con el actuar de un Presidente impopular que está poniendo en peligro la sobrevivencia misma del partido. Entienden bien el poder, ya perciben el enojo social y la impopularidad de EPN y las consecuencias que esto les puede traer.
No se percibe todavía disidencia clara al interior del tricolor; solo patadas bajo la mesa entre algunos liderazgos representativos, pero ya huelen el peligro que una nueva crisis económica de fin de sexenio provocaría en el PRI; estaría en el caso de pasar de partido grande a casi partido marginal. A la dirigencia nacional dicen los que están cerca, ya le interesa más evitar una hemorragia interna que lo desangre y lo convierta en partidito, que ganar las elecciones de este año.
La gente está muy enojada. Dicen los encuestadores que solo el 9% de la población aprueba la manera como está gobernando el Presidente, luego entonces, es de esperar que el gobierno rectifique la implementación de sus políticas públicas para que sus acciones inmediatas, fuera del discurso, beneficien a las familias de los que menos tienen, para así, frenar la caída libre del antes partidazo y los electores recuperen la confianza en sus propuestas y estén dispuestos nuevamente a votar por sus candidatos. Caso contrario, dicen los encuestadores de “renombre”, no vemos como el PRI pueda ganar la elección presidencial del 2018; sus números son notablemente a la baja, atrás del PAN y de MORENA. La gente está enojada, se huele, puede haber rebelión.
Extracto de un texto de Leo Zuckerman publicado en twitter, con agregados personales sin desvirtuar el original.